lunes, 16 de junio de 2008

LA CABRA TIRA AL MONTE


Mira que le gusta llamar la atención, va más allá de aquello de ser el muerto en el entierro o el niño en el bautizo. Al inefable José Bono le gustaría ser el Niño Jesús en Navidad, el Rayo en Vallecas, Velázquez en El Prado o la mierda en el abono; el protagonista absoluto, allá donde aparezca.

Por otra parte es un verdadero manirroto, un derrochador que dilapida, una por una, todas las oportunidades de quedarse callado que se encuentra. Miles de ejemplos de verborrea incontenible salpican su biografía pero uno de los más desacertados, si no el que más, lo perpetró en el homenaje que, el Congreso de los Diputados, brindó a los represaliados y presos del Franquismo el sábado pasado.

Vamos a ver, Pepe, majete: ¿Te sentiste realizado al reprender a una persona que brindó su particular homenaje a la única bandera votada por el pueblo? ¿Cuál era el problema, que las cámaras se volvieron hacia él? Si ej que los Jesuitas no te lo contaron, ya vas teniendo edad para saberlo: El ordenamiento jurídico legal, incluidas la Constitución de 1931 y la bandera Tricolor, fueron destruidos por un golpe de estado que masacró a quienes defendieron la LEGALIDAD e impuso a sangre y fuego la bandera roja y gualda (Fiiiiir-es), esa a la que tanto amas y defiendes.

Cuando, en los últimos estertores del Franquismo, te decidiste a empezar a participar en política; el más joven de tu auditorio del sábado ya tenía ficha policial, callos de los grilletes y temporadas entre rejas por defender la restauración democrática que con tanto ardor defiendes.

Ya sé que te produce erecciones eso de ser más papista que el papa y que va a ser un esfuerzo sobrehumano pero, como mínimo, silencio y RESPETO. Todo el mundo sabe que la cabra tira al monte, pero tú eres del montón.

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