domingo, 29 de junio de 2008

MENTÍS, BELLACOS




Tras el éxito de la concentración del pasado jueves, convocada por la Plataforma en Defensa de la Sanidad Pública, comienzan a mostrarse con profusión (son pocos pero se mueven deprisa) los voceros de Esperanza Aguirre. A golpe de consigna, como en sus añorados tiempos de Aznar, repiten incansablemente la frasecita de turno, con la esperanza (esta vez con minúscula) de que vaya calando en la gente. En esta ocasión se limitan a decir una y otra vez: La sanidad madrileña es la envidia de España, la izquierda miente.

Abrumado por tan precisos, prolijos y contundentes argumentos, no queda más remedio que responder:

Uno, en su ignorancia, carente de la formación necesaria en materia spanish-liberal (sector health neo-con), tenía entendido que los recursos aplicados a la gestión pública de servicios sanitarios, educativos, etc., eran más eficaces que los destinados a la gestión privada por una sencilla cuestión aritmética, el beneficio que consigue el empresario debe restarse de la cifra destinada a prestar ese servicio, se pongan como se pongan. Como este razonamiento es incontestable se aplica la estrategia del ahogo presupuestario: Se reduce la cantidad de dinero presupuestado por tarjeta sanitaria y nos encontramos, de bruces, con un deterioro rampante de la calidad de la prestación, que se manifiesta un problema que genera descontento en el usuario. Ya hemos creado el problema, apliquemos la solución: La Sanidad Privada al Rescate. ¿Quién paga? Usted y yo, vía presupuestos. ¡Coño! Si no había dinero para la pública ¿Lo hay para la privada? Pues parece ser que si, misterioso ¿verdad?

Vayamos al asunto de las mentiras:

¿Es mentira que se están llevando médicos y personal sanitario de los hospitales públicos a los privados, en condiciones laborales lamentables y obligándoles a hacer dobles turnos?

¿Es mentira que se están derivando tarjetas sanitarias de ciudades enteras a hospitales privados en detrimento de los públicos (presupuesto por tarjeta)?

¿Es mentira que se ha desmantelado el Servicio Madrileño de Salud?

¿Es mentira que, en la línea de lo anterior, se están empezando a privatizar ambulatorios de atención primaria?

¿Es mentira que, a estas alturas, haya un barrio en Getafe que lleva más de dos años sin pediatra (Perales del Río)?

¿Es mentira que los análisis clínicos de los hospitales de han derivado a laboratorios privados (más caros y menos ágiles)?

¿Es mentira que los nuevos hospitales privados nacen carentes de determinados servicios, casualmente los que no tienen rentabilidad directa?

¿Es mentira que las pruebas diagnósticas más caras y la cirugía menor están siendo derivadas a centros privados, pagados con dinero público?

¿Es mentira que, además, estén aumentando las listas de espera?

¿...?

Lo peor de todo esto es que, como nos crezca la nariz, las clínicas de estética (privadas, por supuesto) se van a poner las botas a costa de nuestras mentiras.

¿Quién miente aquí?

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