sábado, 5 de abril de 2008

¡MOLA! SE QUEDA UNO MUY A GUSTO

Leo hoy un artículo de Manuel Rivas que define un concepto tan interesante que puede marcar tendencia en el futuro, tanto por lo que tiene de consustancial a la naturaleza humana, como por el componente políticamente incorrecto que destila. Se trata del “Hartismo”, o lo que es igual: Manifestar públicamente, sin miedos, reparos o cautelas de tipo moral o social; todas las cosas de las que estamos hartos. Sencillo y atractivo ¿verdad?

Como prueba, sin ensayo previo, así, de sopetón, voy a hacer un ejercicio iniciático de hartismo. Como diría un niño pequeño que tiene que cantar en público por primera vez: ¡A ver cómo me sale!

Estoy definitivamente harto de PSG. Aburre casi tanto como apesta.

Mi hartazgo no tiene parangón cada vez que compruebo que el trabajo desarrollado por el ayuntamiento de una ciudad de 170.000 habitantes, se paraliza y supedita cada vez que el Getafe consigue un éxito deportivo. Amigos, lo que quieras pero el borrico en la linde.

Hartura, lo que se dice hartura, la que me producen los dolientes compañeros, de todo signo, que te cuentan que no se explican los resultados de Izquierda Unida, que no nos los merecemos y que sufren mucho por nosotros. La condescendencia y las palmaditas os las podéis ahorrar. En serio.

Siguiendo con este asunto, estoy hasta los tuétanos de los opinadores mediáticos que se empeñan en hacerle la autopsia a alguien que está muy vivo. Luego dirán que se quedó en la mesa de operaciones. No os vamos a dar ese gusto.

Me hartan, de matrícula de honor, todos estos simpáticos jovenzuelos que socializan sin mesura y ventanillas abiertas, el sonido de los mega-equipos instalados en sus vehículos hasta tal punto que, recluido en el último rincón de tu casa, no escuchas tus propios pensamientos. Y qué mal gusto tienen los jodíos.

Mi cerebro se bloquea, completamente saturado de todas esas personas cuyo principal tema de conversación son ellas mismas. Da igual de lo que hables y lo importante del asunto; a ella, a su tía, a su hijo, a su vecino o a una amiga le pasó algo parecido. ¡Y a mí qué coño me importa!

Verdaderos espumarajos de odio me producen, todos los graciosillos, frustrados y fracasados, que se sienten obligados a sacar de paseo su masculinidad casposa, de taberna de pueblo, cada vez que se produce un caso de violencia machista. Volved a la caverna de una puta vez.

Como arranque no está mal, se queda uno muy a gusto.

Si te apetece deja, en forma de comentario, las cosas que te tienen “hasta aquí”. Podemos iniciar la enciclopedia de la hartura o la “Hartipedia”. A ver hasta donde llegamos.

3 comentarios:

Supernena dijo...

Me apetece comentar que comparto totalmente todos los puntos de la hartura contigo. Y me gustaría añadir algún otro como por ejemplo la excesiva vanidad, la mezquindad en la amistad, el estres por gilipolleces...en fin...llueve y me gustaría que me pasara algo bueno pero miro y miro al horizonte y...no veo nada

Se permite hablar con el conductor dijo...

A lo mejor me pongo un poco ñoño pero, si miras al horizonte y no ves nada, quizá sea porque la solución esté más cerca.

Recapitullando: Estás también harta de que a una mala racha le siga otra (¿?).

Anxo Varela dijo...

Es curioso, porque nosotros tenemos un movimiento artístico que se llama precisamente "HARTISMO". En Octubre seguramente lo presentaremos, y esta es nuestra web.

Saludos hartistas.