sábado, 22 de diciembre de 2007

NO TE HAGAS LÍOS

En un texto anterior escribí que nos estábamos acostumbrando a vivir como nuevos ricos, me refería a los hábitos de consumo energético pero en otras facetas también, con el peligro que tienen las generalizaciones. Ya no nos basta con tener una casa donde vivir, hay que comprar una más grande y si tiene piscina, mejor que mejor; se impone la moda de tener lo último de lo último en cualquier tipo de instrumentos de alta tecnología, obligándonos a entrar en un bucle de renovación permanente ante el riesgo de quedar obsoletos a los ojos de los demás: una televisión de plasma en cada habitación, teléfono móvil de última generación, MP3, MP4, cámaras digitales con una resolución propia del instrumental de la NASA, un ordenador portátil por cabeza, agenda electrónica, electrodomésticos que no sabemos para qué sirven o el imprescindible GPS que colocaremos en nuestro vehículo de gran cilindrada, si es un todoterreno enorme mucho mejor. Se da el caso de algunos fabricantes de coches que hacen series especiales sólo para España que incluyen todos los extras que existen y alguno más que se inventan. A todas horas y en todas partes nos venden de todo y nosotros, sálvese quien pueda, lo compramos.

Ante tantas muestras externas de opulencia, hay otras maquinarias que se ponen en marcha atraídas por la gran cantidad de dinero en constante movimiento, las mafias internacionales de delincuencia organizada. Durante este último mes, el más consumista del año, hemos asistido a una sucesión de hechos delictivos que, por su aparatosidad, violencia extrema, organización militar, víctimas de renombre y reflejo mediático, han disparado todas las alarmas creando un cierto clima de alarma social.

El Gremio de Alimañas Agazapadas no ha tardado en salir de su habitat natural, las cloacas, para clamar a través de su poderoso entramado de medios de comunicación, en contra de “esa intolerable invasión de inmigrantes que sólo vienen a atacar a honrados conciudadanos y robar nuestros bienes porque, lo que realmente pretenden es acabar con nuestra sociedad desde dentro”.

A ver, Gurú de la ultraderecha de turno, NO TE HAGAS LÍOS ni intentes liar a los que te escuchan o te leen. Estás mintiendo y lo sabes.

Aunque no sea más que en el aspecto económico (que es el primero que ponéis sobre la mesa) una fuerza laboral como la que ha venido a nuestro país, de personas jóvenes, sanas, en muchos casos muy preparadas y con unas enormes ganas de trabajar, han supuesto para la economía española un auténtico regalo. Aplicando una sencilla operación aritmética de multiplicar lo que el estado invierte desde que una persona nace hasta que empieza a trabajar (y a aportar a las arcas del estado) por el número de trabajadoras y trabajadores que han venido con la edad ideal, nos encontramos con un ahorro de Billones de pesetas en gasto, con el añadido de que, además, aportan mensualmente una cantidad nada despreciable que va a parar a nuestro sistema de Seguridad Social y Pensiones.

Las mafias internacionales de delincuencia organizada no tienen nada que ver con la inmigración: suelen actuar por encargo, no llaman la atención o no se relacionan con nadie, vienen, dan el golpe y se van, su entrada a nuestro país suele ser en avión o por la frontera con Francia o Portugal confundiéndose con turistas de alto nivel adquisitivo y se mueven con precisión militar.

Seriamos unos ingenuos si creyéramos que entre la población inmigrante no hay delincuencia pero ni más ni menos que entre los españoles de su mismo nivel adquisitivo y, desde luego, propagar que estos últimos golpes que nos han sobrecogido en las fechas recientes son culpa de la inmigración es una bellaquería propia de la calaña de quien lo afirma.

Es como si cuando los terroristas de ETA perpetran algún atentado en Francia, saliera algún medio francés acusando de ello a los emigrantes españoles. Pura basura.

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