miércoles, 16 de enero de 2008

NOSOTRAS PARIMOS ¿VOSOTROS DECIDÍS?

Esto es indignante, la estrategia involutiva de la Iglesia, que se dirige con paso firme al Concilio de Trento, ha rescatado el dogma del pecado original como fuente de todos los males del mundo y señala de forma inequívoca a la mujer como responsable última de la “inadmisible deriva de libertades” que nos acecha.

No hay otro modo de interpretar la ofensiva y acoso brutales emprendidos contra las Clínicas que, aplicando la ley actual, insuficiente y obsoleta; realizan operaciones de IVE (Interrupción Voluntaria del Embarazo) y contra las mujeres que se han sometido a dicha intervención.

Las denuncias presentadas por grupos de la ultraderecha más rancia se han ido sucediendo y no prosperando, hasta caer en un juez de su cuerda que se ha remangado la toga y puesto manos a la obra en la Santa Cruzada de llevar a los infiernos a todo aquel (aquella) relacionada con el aborto.

La situación de las clínicas, siempre difícil, se ha visto desbordada por la sucesión de agresiones físicas, mediáticas, políticas y judiciales; hasta tal punto que se han visto obligadas a cerrar, en señal de protesta, durante una semana. No lo olvidemos, NO HAY NADIE PROCESADO, se trata de una campaña artificial destinada a movilizar al sector más reaccionario y, simultáneamente, intimidar a la parte más débil de este tema, las mujeres.

La humillación a la que se está sometiendo a las pacientes que se han visto en la obligación de interrumpir su embarazo (obligación difícil y dolorosa), es sencillamente intolerable. Mandar a la Guardia Civil a sus casas, en una intromisión en la intimidad de las mujeres desconocida desde que vivimos en Democracia, es un gesto que retrata la catadura de quien les envía. La condición de testigo, además, implica la obligación ineludible y punible de decir la verdad y sin asistencia letrada, es decir, humillación e indefensión.

Y el Gobierno ¿qué opina? Ni está ni se le espera. En el programa electoral del PSOE de 2004 se abordaba la necesidad de reformar la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo, convirtiéndola en la Ley de Plazos que se lleva demandando desde hace muchos años pero, casualmente, parece ser que, ¡Oh, sorpresa! En el programa de 2008 no se hace ninguna mención. La tibieza del Gobierno con el sector ultramontano de la Iglesia empieza a parecer sumisión, qué temen, ¿la condenación eterna?

En dos meses escasos hay elecciones, la estrategia de la derecha es clara. La de la Izquierda, también ¿y el PSOE? Ahora, imagino que echando cuentas de los votos, salen con la gracieta de que estudiarán la inclusión en el programa de la Ley de Plazos si hay un amplio consenso ¿qué coño es un amplio consenso en este asunto? La Iglesia aspira a dirigir la vida de sus fieles pero, un gobierno, debe actuar para la totalidad de los hombres y mujeres de este país, las que necesiten abortar, también.

No estaría de más, al hilo de todo esto, reflejar la hipocresía de los médicos que se niegan a practicar abortos en la medicina pública, argumentando objeción de conciencia, y no tienen inconveniente a hacerlo en las clínicas privadas previo paso por caja. ¿objetores o mercenarios de conciencia?

Parece mentira, que nos veamos en estas, en pleno siglo diecinueve.

Ley de Plazos. Ahora si que si.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Se puede explicar mas alto. Mas claro y mas racionalmente no.