RUIDO DE MITRAS

Me reconozco como miembro de esa amplia minoría que ve los documentales de “La 2” y, entre los ñus del Sherengueti que devoran ávidamente los cocodrilos, los ritos de apareamiento de la ballena jorobada o las prestaciones del vuelo del colibrí, me quedo con algunos aprendizajes que se extraen de la organización social de los insectos, en particular, de uno tan conocido en nuestras latitudes como el grillo.

El grillo es un insecto ortóptero, de color oscuro, omnívoro (aunque su dieta se compone, sobre todo, de otros insectos), venenoso, que vive en unas madrigueras muy reconocibles y los machos emiten un sonido muy característico, frotando sus alas, con una múltiple función: atraer a las hembras interesadas, alejar a otros machos de su territorio y desorientar a sus posibles víctimas para atraparlas y devorarlas.

No pude evitar acordarme de los grillos al contemplar el mitin-concierto concelebrado por los "machos" alfa: Rouco Varela, Cañizares y García Gasco; que frotaron castamente sus mitras para atraer a las masas (dos millones según el contador loco de TeleEspe, unos cien mil, como un buen partido de fútbol, según fuentes más fiables).

En otros momentos, felizmente superados, de nuestra historia reciente, el ruido de sables sobrecogía; ahora, el ruido de mitras sólo produce sonrojo, pero no hay forma humana ni divina de que esa jaula de grillos se desprenda de los tics totalitarios que les asoman en cuanto ven la posibilidad de usurpar un papel que no les corresponde en un régimen democrático.

Desde la Izquierda, entre cuyos miembros hay cristianos, musulmanes, agnósticos o ateos como en cualquier otro sector de la sociedad, venimos defendiendo la total y completa separación de la Iglesia (las Iglesias) de todos los elementos del Estado que, como deseable consecuencia, sería Laico.

La Educación en los colegios, la Religión en las iglesias es uno de los lemas que se repiten con más insistencia cada día pero, no debemos olvidarnos de otro capítulo fundamental, la financiación. La Iglesia Católica dispone de un patrimonio descomunal y unos recursos financieros al alcance de muy pocos privilegiados, no es comprensible que, además, reciban una mareante aportación económica vía Presupuestos. Ni comprensible ni lógico ni razonable.

Es este un asunto que ha estado sobrado de tibieza y falto de valentía por parte de nuestros gobernantes. En marzo hay elecciones, el punto de partida para revisar los acuerdos Iglesia-Estado (¡de 1979!), avanzar en la salida de la religión de la enseñanza pública, aprobar, entre otras, la Ley de Plazos y, cuando se aborde la reforma de la Constitución, darle el componente laico que siempre debió tener.

De niño aprendí que los grillos se callaban cuando oían pasos acercarse.

Por un Estado Laico YA